martes, enero 20

Me ponen triste.

Me ponen triste todas las páginas que leo.
Esos blogs que yo no he escrito,
esas frases incisivas como dientes.
Me duelen las tardes fugaces.
Viajar hacia el trabajo
sintiéndome incómodo con el mundo.
Odio las noticias absurdas al despertar.
Y me alegra poder apretar tu garganta treinta segundos
y escuchar cómo empiezas a asfixiarte.
Hacerte pensar en mis manías más absurdas
para que te asustes un poco,
lo suficiente para que tu corazón se agite
y tu inconciente se entregue a mi instinto asesino.
Amo las contrariedades de la vida,
me dan mucho de qué reírme al día siguiente.

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